Noche Especial...

Las luces volvieron a causar efecto en mi,
me siento viviendo en el viento.
Nada me conmueve tanto,
te dejaste caer... traspasaste el límite,
me condenaste a recordarlo.

Cuanto importa la existencia de una razón,
podré remediar la puerta abierta entre la oscuridad?
simplemente no alcance a encender la luz...

Ayúdame a enmendar lo que no he logrado conseguir,
pero vuelven las ganas de dormir,
doctor me porte bien hoy? necesito caramelos...

Cada vez la salida de mi habitación tiene mas escalones que andar,
veo el mundo a mis pies, pero me acostumbré a estar en donde comienzan las cosas..
la brisa me conversa, y me pide por favor la acompañe,
por qué despreciarla?- la cobijé...
me dejó durmiendo entre su pelo, que no se resistió y se dejó llevar por las emociones...

Las nubes bailaron, las encontré festejando..
la pista estaba iluminada, pero la anfitriona me robó el alma,
bastó con su sonrisa para deslumbrarme.
Toma, bebe conmigo es una velada especial,
me desvanecí, solamente recuerdo... el destello de cristal.

Yasna Caces

Una del frente.

.

Sólo sabe fumar de sus galletas y aplaudir al loco de la feria del cassette -el que lo ha visto, lo cacha-.

Juntos deben estar los asientos con la tierra,
la loca con el bailarín,
la hipocresía con la angustia.

La mujer del Frente quiere respirar de verdad.
Pide, ajusta y reclama por un biberón;
taladrando los dedos hacia su teclado
imagina sus manos coloradas.

Pinta el cielo de lila,
lee los cuatro blandos,
reclama la clandestinidad,
llora por su mamá.

Élla no necesita de caridad, Mi mujer.
Sólo necesita un poco de verdad...

María Alejandra.

*

Las tonadas, las melodías
parecen congelarme, volar.
Si me siento a esperar,
el afecto de agotara y
la delicadeza se volverá
angustia.

Al contemplar los momentos
se siente el delirio
la satisfacción, el jubilo.
Pasmos, misticismo
tú.


Quisiera desterrar
pero sin la presencia
sucumbía, agonizo.

Es el encanto
de la prohibición.

Adelantaría las horas,
hasta llegar a volar.

Michelle

From lo absoluto

Pobres desvergonzados,
Serenos se turnan en su pervertido vaivén
Altaneros con su sometido suelo.

No cargan culpa alguna.
Con toda desfachatez me miran a la cara
Les digo,
Cubiertos con muecas enlatadas.

A ratos le rezan a algún dios
O leen algún libro.
Como si precarios estropajos
Consiguiesen ocultar
Esos bosques de torsos desnudos
Que cosquillean a veces
Y que gimen otras tantas.

No tengo nada que esperar de ustedes.
Perdí ya, toda clase de promesa
Y a quien le importa
¡Vamos! ¡Quítense los zapatos y brindemos!
Recuerden que también tengo pies
Recuerden que mi miedo a emborracharme
Por allá va.
Con ustedes y el sentido común.

Milagros